Detrás de cada albergue hay una historia, pero en Gaia hay además un camino recorrido. Somos Carlos y Marisa, dos peregrinos que un día decidimos cambiar la mochila por las llaves de un espacio donde otros como tú pudieran descansar, sentirse escuchados y continuar su viaje con energía renovada.
Gaia nace en julio de 2015, en pleno Camino de Santiago, como una extensión natural de nuestra propia experiencia. Después de caminar varias rutas y ser hospitaleros voluntarios, entendimos lo que un peregrino realmente valora al final de una etapa: tranquilidad, limpieza, una sonrisa sincera y un espacio en el que pueda recargar cuerpo y alma.
Ofrecer una hospitalidad basada en la empatía real. Sabemos cómo duelen los pies, cuánto valoras una ducha caliente o una charla tranquila antes de dormir. Todo eso es lo que ofrecemos aquí, sin más pretensión que cuidar de ti como nos hubiera gustado que nos cuiden.
En Albergue Gaia creemos que acoger a un peregrino es mucho más que ofrecerle una cama. Es una forma de compartir, de escuchar y de devolver al Camino lo que un día nos dio. Estos son los valores que nos guían.
No es un eslogan, es nuestra manera de ser. Recibimos a cada persona con respeto, sencillez y cercanía.
Como tú, hemos caminado. Conocemos tus dudas, tus dolores y tu entusiasmo. Eso nos permite entenderte sin palabras.
Queremos que te sientas cuidado. No solo atendido, sino realmente acompañado en tu pausa antes de seguir.
En Gaia no buscamos ser el albergue más moderno ni el más grande. Queremos ser ese sitio al que recuerdas con cariño, donde te sentiste cómodo, escuchado y bienvenido. Creemos que cada peregrino merece una acogida digna, humana y real. Eso es lo que ofrecemos desde el primer día y seguimos manteniendo con cada huésped que cruza nuestra puerta.